10.11.09

Kentdrige

Si pudiera escoger terminaría en un mundo hecho a lápiz, de bordes difusos y sombras indecisas. En una esquina un edificio, seis pisos, balcones y luz de tarde marcada por trazos débiles. De una de las ventanas sale una línea blanca que se mueve como seda en el viento y que en el fondo sé que es un fantasma de mi memoria. Yo sólo volteo para arriba y la veo pasar, tan llena de gracia, línea mía, y meterse en una ventana del edificio de enfrente.

Mientras subo la escalera -sé que me llama-, escucharía un piano escondido detrás de alguna puerta en alguno de los pisos tocando una melodía lenta y misteriosa, subrayando la profunda soledad de la escena.

No sé si llegaría a la puerta final, aquella donde sé -lo siento lo escucho lo sé,- que está el fantasma. No quisiera arruinar la maravillosa melancolía de sentirme solo y sentir miedo, en este lugar de sueño, en donde yo no soy yo sino algo que voló por los aires sintiéndose libre, sabiendo que no duraría mucho tiempo.

No hay comentarios: