22.2.09

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Basta un parpadeo y un poco de silencio para que todo cambie. Esta vez el parpadeo fue un vibrante destello de luz y el silencio una pregunta al aire contestada de inmediato. Algunas hojas secas pasaron a mi lado y yo, en medio de la calle, no pude evitar sonreír.

Ahora creo que es momento de decir los últimos adioses.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Cómo contar la historia de lo imposible o de lo que se ve detrás de los ojos al mirar fijo al sol?
De esa manera de perder el sueño en un recuerdo feliz de su cara
y cómo lento las imágenes van desapareciendo y queriendo decir algo nuevo
una vez solamente
por única ocasión
dejar las palabras fluir
y revolver en las espirales que nos rodean
¿qué debemos creer?
-m

Anónimo dijo...

Tuyita tuyita tuyita, la loquita de tu blogsito.