5.4.09

Lollipop o Epílogo de una Chaquetez

Empezó y terminó como casi todo y como casi nada. Ahora me acuerdo que fue ridículo. Es más, es tan ridículo que ni lo voy a relatar, que nomás voy a pasar un mal rato.

Lo que sí es que acabó el porompompom y sus derivados. Ya no más "you've got mail" ni restricciones; ya no más -ay es que eres grosero,- ni -¿por qué no se juntan? ni mi silencio posterior. La neta murió antes de su concepción y disque acabó bien; pero ps mira, para qué hacerse güey, no nos entendíamos. Me cae que intenté, pero sabíamos bien -y francamente lo supimos desde el principio,- que nomás no jalaba. Es mejor así, las cosas duras y a la cara; sin rodeos pa'que luego no vengan a contarle y le pinten la situación color de rosa.

Digamos que no me siento mal. Si no jala, no jala y punto; tampoco hay que forzar las cosas. Lo que me molesta sobremanera es darme cuenta que nomás no pifa entre polos opuestos. Todo ese rollo magnético es pura lengua que cuando se pone en práctica pierde sentido tan rápido como un -bueno, y ¿qué te gusta? seguido de un silencio que guarda entre paréntesis una cachetada.

Por cierto, no me agradezcas, en serio, no tiene nada que ver con eso. Así como no usamos las mismas palabras tampoco soy parte de tu protocolo ni quiero serlo. Si de juegos se trata prefiero las escondidillas o las trais, ahí por lo menos te cansas de reír y correr y no de estar intentando entender a una persona que no tiene el más mínimo interés en ponerse en tus zapatos tan siquiera un segundo.

Ahora es momento de decirte un adiós que ni siento ni espero que se convierta en hasta pronto. Adiós, persona gris, de corazón te deseo un contraste buena onda.

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