Si supieras que hablo contigo casi todos los días, que eres como mi punching bag con el que desquito todo lo que me molesta, que cuando me pasa algo de eso que te pone la piel chinita te lo cuento todo aunque no estés, aunque se me olvide luego luego. Si supieras que en la noche te digo todos los detalles de mi día y que cuando tengo un destello de brillantez y locura, de esos en los que se te ocurre la solución, eres la primera en saberlo aunque nunca lo sepas. Si supieras esto y todo lo demás, pero luego me acuerdo que existe una barrera que nunca podremos cruzar o que tal vez no quisimos cruzar, pues no es tan fácil cuando uno está tan lejos.
Y luego salimos en una cita que tal vez no pasa, y caminamos por un lugar en el que no hay más color que nosotros, y chiflamos una tonada que los dos conocemos, y no hace falta nada porque te estoy contando todo eso que me tiene vivo, y es entonces cuando más te siento inerte, porque sé que aunque me encantaría escuchar tus respuestas y hablar contigo, lo que me respondes en realidad lo respondo yo. Entonces me acuerdo que sólo es una ilusión y que no estás ni existes como yo creo.
Pero sigo diciéndotelo, sigo contándote las cosas porque eres mi punching bag, ¿te acuerdas? Y creo que no pierdo la cabeza, aunque puede ser que la haya perdido desde hace rato. Aguántame un ratito, ahorita voy para allá. Espérame, que te alcanzo..
No hay comentarios:
Publicar un comentario