25.5.09

Omaggio a la Nuit

Algo tiene la noche, qué sé yo, algo de místico; algo de musiquita contemporánea de autor -no sé, checo, tal vez,- con violines quesque desafinados y rete agudos. Algo tiene la sábana que se nos echa encima, algo como de cuerda que nomás jalas y se apaga todo. Algo tiene esta madre que atrae a los gatos -y a los fritos,- y los vuelve locos, algo de espiral eléctrica, hipnótica ora sí que de sol a sol. Algo tiene que fascina ese saberse despierto en un mundo de dormidos, algo tiene esa sensación de unidad en el universo, esa imagen casi cartográfica, casi hecha a base de puntos, algo tiene de especial. Y luego el silencio, también influye, y ese tono naranjoso oxidado de los postes con sus halos puntuales en donde la sombra se marea como niño en feria.

Chale, neta algo tiene esa pinche noche y su olor a lluvia y a pasto mojado. ¿Será que subraya la soledad? ¿Será que uno se siente medio dueño de todo, así tan poco observado como se está? ¿O será nomás que me encanta la noche y que la disfruto más cuando estoy solo, manejando por una calle desierta, escuchando el radio sin locutores, o no, nomás sentado enfrente de la computadora, escribiendo de cómo me gusta escribir de noche?

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