Tú y yo estamos metidos en esto:
tú no lo sabes
pero yo lo sé porque
te veo desde fuera.
Tampoco sabes que yo soy ese aliento que sientes
y que respiras
y que te hace sentir cosquillitas por la espalda
cuando paso a tu lado.
No sirve que intentes tocarme porque todo está oscuro
y no hay viento
y estás solo
y el apagador queda muy lejos.
De nada sirve que alces la mano
o intentes tocarme:
no estoy ahí.
Paso lento al lado tuyo, provocándote,
sintiendo tu pánico y tus ganas de salir de ahí
mientras sientes mis pasos
ahí al lado tuyo.
y te dan ganas de gritar: lo sé
-unas ganas enormes de gritar porque me sientes,
y sabes que estoy ahí.
y no puedes más
porque no sabes qué pasa,
y entonces yo siento también algo
y sé que quieres correr pero no lo haces,
y en lo que decides te quedas ahí
en lo que el miedo invade como agua cada rincón de tu cuerpo
y yo, alejado,
viéndote todavía,
con la respiración expectante, callada para que no me escuches,
sé que la sigues escuchando y en tu desesperación
siento tu grito salir y lo escucho allá donde estás
pero también dentro de mí
y es un grito agudo
agudo
que me sorprende cuando me doy cuenta
que
yo
también
lo
estoy
gritando.
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