31.3.09
Nomás por llenar..
El otro día, paseando por el centro, me topé con un graffiti buenísimo que decía, tal cual, "quiero escribir algo pero no se que". Me encantó, sobretodo porque me vi a mi mismo escribiendo lo mismo. Confieso: soy un escritor frustrado. Me encantaría poder escribir de cualquier cosa, pero luego nomás no sale nada. Me paso horas frente a la chompu con el teclado enfrente y la luz de la pantalla en la cara esperando a las musas, pero no llegan. Concluyo: no se puede ser creativo twentyfour-seven.
17.3.09
Deutsche Demokratische Republik
Ahora que en mis ratos no cursis me imagino algo totalmente distinto. Me veo a mi mismo sentado en un departamento con paredes forradas de papel tapiz mohoso o duela. Por la ventana sé que el departamento en el que estoy es uno entre miles y miles, todos iguales y en hileras. Estoy viendo en la tele -una tele de esas con antenas de conejo y perillas en vez de botones,- primero el lanzamiento de algún satélite nuevo y luego un desfile militar que va por alguna gran plaza. Se escucha un reportero ovacionando el desfile a alaridos en un alemán fuerte. En los libreros del departamento hay libros de Lenin y Marx, puestos enfrente de libros del Stijl y de Duchamp. En la pared hay un poster de algún lider político. La música es electrónica minimalista, con sonidos totalmente digitales y monótonos. (Hasta aquí hay romanticismo, pues si bien me va, veo por la ventana la torre de televisión forrada de balón, y un Reichstag demolido por la guerra.)
14.3.09
Que te lo digo de una vez
Entendí que estabas lejos un día en que me contaste una anécdota rara. Me dijiste que ibas tarde a clase y que ibas corriendo distraída por un pasillo vacío cuando de repente y de reojo viste una cosa moviéndose en el suelo. Tu reflejo inmediato fue saltarlo y, cuando volteaste, viste que era una víbora. Mientras me lo decías yo veía la escena como si fuera una peli, con close ups a tus pies y un over shoulder en donde se veía a la víbora, desenfocada y al fondo. En mi cabeza, la escena pasaba al atardecer. No sé por qué pero en ese momento me sentí completamente alejado de ti y supe que tu vida ya no era la misma y que te habías ido para no volver.
Para los fans de la guitarrita
Me encontré con un discazo hace poco. Al parecer es la producción número veinte de la Red Hot Organization, ONG dedicada a crear conciencia acerca del VIH. Los músicos son varios pero todos buenísimos. Así es que si les late la onda guitarrita melancólica y son usuarios de rapidshare, disfrútenlo:
http://www.mp3tera.org/indie/VA-Dark-Was
http://www.mp3tera.org/indie/VA-Dark-Was-The-Night-2CD-2009-DV8-10671.html
8.3.09
Volver
Cada vez que me acuerdo de ustedes pienso en Carlitos Gardel regresando en barco a Buenos Aires. Volver con la frente marchita. Ese Buenos Aires que Le Corbusier imaginó como una línea de luz reflejada en el agua del Mar de Plata. Ese Buenos Aires con sus tintes europeos pero tan latnoamericano como todos los demás. Ese Buenos Aires asediado por dictaduras populistas y crisis económicas. Ese Buenos Aires que no conozco más que con Borges, Cortázar y Bioy. Sentir que es un soplo la vida, que veinte años no es nada. Adiós, Buenos Aires, algún día nos conoceremos.
7.3.09
En mis ratos cursis
Luego me siento como en una de esas pelis francesas. Me imagino un cuarto de caoba, completamente desordenado, en donde la lluvia pega en una ventanita que es lo único que le da luz al cuarto. Una música en stacatto acompaña la escena, en donde se alcanza a escuchar a una mujer llorar. Close up al rímel corrido. Se escuchan murmuros en francés de un hombre de unos cuarenta años que nadie alcanza a ver. La situación es trágica. Por la ventana se ve un quartier neoclásico equis de París. (En mis ratos cursis veo por la ventana a la Torre Eiffel o Montparnasse.)
4.3.09
Bajo el árbol
¿Cómo decírtleo? Ya sé: parecías un panda. No me malentiendas, no es en mala onda. Parecías un panda y ya. Tenías las piernas estiradas y la espalda recta. Además, comías con unas ganas buenas de comer, como si estuvieras entrándole duro al bambú. Te reías mucho y eso me ponía contento. Me dio una ternura enorme.
(¿Cómo no me va a dar ternura ver a un panda? Ese animal grandote y medio bobo pero noble a fin de cuentas, de esos que sabes que abrazan chido, no como esa gente que nomás te abraza por abrazar y que no sabe lo que es abrazar en serio, abrazar como un panda, con fuerza, pero no demasiada. Abrazar con firmeza, eso.)
Ya lo demás será lo que sea; pero hoy, metidos en esa sombra de acuarela mi estimado panda, te quise abrazar y sentirte cerca.
(¿Cómo no me va a dar ternura ver a un panda? Ese animal grandote y medio bobo pero noble a fin de cuentas, de esos que sabes que abrazan chido, no como esa gente que nomás te abraza por abrazar y que no sabe lo que es abrazar en serio, abrazar como un panda, con fuerza, pero no demasiada. Abrazar con firmeza, eso.)
Ya lo demás será lo que sea; pero hoy, metidos en esa sombra de acuarela mi estimado panda, te quise abrazar y sentirte cerca.
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2.3.09
La ciudad hiper-real o la pérdida del espacio público
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La ciudad es la
representación física del afán humano de conquista sobre la naturaleza. Como
tal, la ciudad podría considerarse un lenguaje compuesto de una serie de
signos que nos guían y nos dicen que por aquí podemos pasar, aquí podemos
descansar, aquí vivir, etcétera. Así, a través de sus espacios públicos y según
la claridad de estos signos, la ciudad se nos presenta habitable y cómoda o no,
más como un lugar hostil.
En
lo personal, creo que la ciudad contemporánea se ha alejado, dentro de la
conciencia humana, de la idea de un sitio geográfico con dimensiones dadas.
Ahora la ciudad se percibe como una compleja red de avenidas y servicios en la
que nos desplazamos ignorando nuestro tránsito geográfico. La ciudad se ha
adherido a lo que llamaré la hiper-realidad[1],
en donde lo que domina es la idea de ciudad y no la ciudad
como fenómeno de interacción y cohesión social.
Esta
idea de ciudad, o ciudad hiper-real, es la ciudad en la que la gente ha
olvidado el verdadero origen de la ciudad. Es la ciudad del consumo
insostenible, del triunfo de la industria sobre la materia prima, del descuido
y del desperdicio. Es la ciudad en donde vivimos sin vivir. Como resultado, el
entorno urbano y sus espacios públicos han pasado a segundo plano pues nos
movemos sin ver, guiados por una serie de símbolos que nos llevan del punto A
al B, en un tránsito que se nos antoja lineal. Los problemas que citamos de
ella se han vuelto banales, y nadie los discute con seriedad; las zonas
históricas se consideran un espectáculo al que se va a pasear y no una
referencia real; y nos hemos visto invadidos de publicidad y de un afán de
estética dictado por modas.
Esto,
unido a profundos problemas con las zonas de producción de materias primas, ha
permitido primero la explosión demográfica en las ciudades y luego el
desarrollo de grandes zonas definidas de la ciudad, como zonas comerciales e
industriales que viven de día o “ciudades dormitorio”, en donde el uso es
meramente nocturno. Así, la vida citadina se ve obligada a surgir a través de
otros medios de comunicación, como el teléfono o el internet, mientras que el
contacto humano y la palabra hablada de frente han ido desapareciendo.
Pensar
en desarrollo urbano sustentable, que es, a fin de cuentas, pensar en una
ciudad contemporánea, debe llevar implícito todas estas reflexiones. Así, tal
vez recuperemos el alma mater de cualquier ciudad: el espacio
público. Ese espacio real y físico en donde el diálogo triunfa sobre la
discusión y los ciudadanos pueden ser eso exactamente: ciudadanos.
[1] Como lo hace Neil Leach en su libro “The Anaesthetics of Architecture” (La anaestética de la arquitectura)
Breath
Run rabbit, run.
Dig that hole, forget the sun.
And when at last the work is done,
don't sit down, it's time to dig another one.
Dig that hole, forget the sun.
And when at last the work is done,
don't sit down, it's time to dig another one.
1.3.09
Ay, esa fritez.. 1
El otro día alguien me dijo que construiría un castillo. Yo me quedé perplejo y no pude evitar la pregunta ¿con foso y toda la cosa?
¿Cómo se me fue a olvidar que los castillos son esas cosas de concreto entre paredes de ladrillo? Ay, esa fritez..
¿Cómo se me fue a olvidar que los castillos son esas cosas de concreto entre paredes de ladrillo? Ay, esa fritez..
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Y, como todas las noches, no puedo evitar sonreír al verte escondida detrás de mis párpados.
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