¿Cómo decírtleo? Ya sé: parecías un panda. No me malentiendas, no es en mala onda. Parecías un panda y ya. Tenías las piernas estiradas y la espalda recta. Además, comías con unas ganas buenas de comer, como si estuvieras entrándole duro al bambú. Te reías mucho y eso me ponía contento. Me dio una ternura enorme.
(¿Cómo no me va a dar ternura ver a un panda? Ese animal grandote y medio bobo pero noble a fin de cuentas, de esos que sabes que abrazan chido, no como esa gente que nomás te abraza por abrazar y que no sabe lo que es abrazar en serio, abrazar como un panda, con fuerza, pero no demasiada. Abrazar con firmeza, eso.)
Ya lo demás será lo que sea; pero hoy, metidos en esa sombra de acuarela mi estimado panda, te quise abrazar y sentirte cerca.
3 comentarios:
Shot ser un panda! Aunque creo que ya me quedé con gallina... o paloma?
¿Un panda? Qué rareza la tuya, en serio. Está harto cursi pero bastante interesante.
Publicar un comentario