Luego me siento como en una de esas pelis francesas. Me imagino un cuarto de caoba, completamente desordenado, en donde la lluvia pega en una ventanita que es lo único que le da luz al cuarto. Una música en
stacatto acompaña la escena, en donde se alcanza a escuchar a una mujer llorar.
Close up al rímel corrido. Se escuchan murmuros en francés de un hombre de unos cuarenta años que nadie alcanza a ver. La situación es trágica. Por la ventana se ve un
quartier neoclásico equis de París. (En mis ratos cursis veo por la ventana a la Torre Eiffel o Montparnasse.)
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